1. INTRODUCCIÓN
En las tres últimas décadas, la canalización de los ríos a su paso por los tramos urbanos ha supuesto la ocupación de gran parte o de toda su llanura de inundación y la consiguiente eliminación o reducción de los bosques de ribera que crecían en ella. Estas actuaciones han provocado un impacto muy negativo sobre la biodiversidad y, en muchos casos, un incremento de los riesgos asociados a los episodios de inundación, un aspecto, este último, que ya hemos abordado en otros trabajos previos (1).
Para valorar la pérdida de biodiversidad que supone la canalización de los ríos, hemos estudiado la comunidad de aves en el tramo urbano del río Najerilla a su paso por Nájera. Este grupo de vertebrados, por su facilidad de detección, resulta fácil de estudiar. Además, su capacidad de vuelo, los convierte en buenos bioindicadores de la calidad de un hábitat ya que responden rápidamente a los cambios o modificaciones del entorno. El trabajo pretende, también, dar a conocer este grupo para su disfrute en la ciudad y proponer medidas para aumentar la biodiversidad, que redunden en beneficio, tanto de las aves como de otros grupos de seres vivos.
2. DESCRIPCIÓN DEL MEDIO
El tramo estudiado comprende desde el centro de salud de Nájera hasta el puente de los Soldados. En él, se han llevado a cabo dos censos mensuales siguiendo un recorrido fijo de 600 m por la margen derecha del río Najerilla.
Imagen capturada del visor del IGM con la localización del itinerario y zona de estudio
En la actualidad es una zona ajardinada, que se construyó aprovechando el espacio ganado al río tras su canalización. En ella crece un césped de gramíneas, tréboles y dientes de león, salpicado de árboles, la mayoría de buen porte y de especies exóticas (olmos pumila, sauces llorones, abetos, algún árbol del amor, ginko…), plantados también en su día.
Escollera de tierra parcialmente erosionada y zona ajardinada en la margen derecha del río Najerilla
La erosión parcial de la escollera de tierra de la margen derecha del río, ha permitido, en los últimos años, el ensanchamiento de la llanura de inundación en la que se ha formado una amplia barra de meandro colonizada por incipientes comunidades de vegetación de ribera. Una característica de las mismas es su elevado dinamismo, relacionado con la cambiante dinámica fluvial a la que están adaptadas. Muchas de ellas son, además, hábitats de interés comunitario incluidos en la Directiva Hábitat.
En las zonas de corriente, dentro del lecho del río, prospera una primera comunidad dominada por especies del género Ranunculus (berlañas) que enraízan en el fondo. En verano, cuando el caudal disminuye, sus partes flotantes dan lugar a espectaculares floraciones, tapizando el río de preciosas flores blancas.
Ya en las orillas, crecen otras especies como lentejas de agua (Lemna gibba), berros (Nasturtium officinale) y otras de gran interés para la avifauna como la gramínea Phalaris arundinacea, los esparganios (Sparganium sp.), espadañas o eneas (Typha sp.), salicarias (Lythrum salicaria), dulcamaras (Solanum dulcamara) o enredaderas (Calystegia sepium). Si hay más fango, aparece, en verano, una comunidad muy característica dominada por poligonáceas de los géneros Polygonum y Rumex, muy adaptada a una cierta nitrificación y a la abundancia de nutrientes.
Aspecto del espadañal de las orillas del río Najerilla en invierno
En las barras de grava recién formadas, se establece otra comunidad pionera que comienza la colonización y sucesión vegetal en las mismas. Algunas especies que podemos encontrar aquí son las exóticas Oenothera glazioviana y Bidens frondosa y otras como la saponaria o jabonera (Saponaria officinalis).
Finalmente, y en la mayoría de los casos entremezcladas con las anteriores, se observan las propias de los bosques de ribera que comienzan a aparecer: ortigas (Urtica dioica), yezgos (Sambucus ebulus), nuezas (Bryonia dioica), escrofularias (Scrophularia nodosa), lirios (Chamaeiris foetidissima, Iris pseudoacorus) o cárices (Carex pendula). Entre los arbustos encontramos sobre todo especies trepadoras como el lúpulo (Humulus lupulus) o las clemátides (Clematis vitalba) y otras no trepadoras caso de cornejos (Cornus sanguinea), zarzas o matas (Rubus sp.) o la leguminosa Dorycnium rectum. Y los primeros árboles que dominarán el dosel como el chopo negro (Populus nigra) y el sauce blanco (Salix alba), aunque también hay algún saúco (Sambucus nigra) y algún fresno (Fraxinus angustifolia).
Barra longitudinal en el río Najerilla, actualmente unida a la margen izquierda y colonizada por la vegetación
Es necesario destacar, por las especies que aporta a la comunidad de aves del tramo urbano, la cercana presencia de los cortados rocosos formados por estratos subhorizontales de lutitas y areniscas de la margen izquierda del río Najerilla (2).
3. MÉTODO
Para llevar a cabo el trabajo, durante el curso académico 2021/22, hemos realizado mensualmente dos censos, con una duración cada uno de 50 minutos, en los que anotábamos las aves vistas u oídas.
Para calcular la biodiversidad de aves hemos utilizado el índice de Shanon-Weaver (H´= - ∑ Pi lnPi). Para más detalles del mismo ver, por ejemplo (3).
4. RESULTADOS Y VALORACIÓN
A lo largo de los 4 meses invernales (entre noviembre y febrero) hemos observado un total de 38 especies de aves (ver tabla): 26 en noviembre, 24 en diciembre, 25 en enero y 30 en febrero.
Especies observadas en el tramo urbano del río Najerilla en Nájera. Invierno 2021/22
El Índice de Biodiversidad Invernal obtenido ha sido de 2,76. Por meses (gráfico 1): noviembre 1,9, diciembre 2,13, enero 2,52 y febrero 2,75. El bajo IB de noviembre, a pesar de tener más especies que diciembre y enero, está relacionado con la gran cantidad de palomas bravías censadas ese mes (dominancia) respecto a los meses siguientes.
Gráfico 1. Índice de Biodiversidad en los meses invernales
La especie más abundante durante todo el invierno ha sido la paloma bravía (media de 42 aves por censo), seguida del mosquitero común (7), el gorrión común (6) y el mirlo común (6). La paloma bravía también ha sido la más abundante por meses (75, 13, 38, 40) seguida por el mosquitero común (10, 8) en noviembre y diciembre, el mirlo común (6) y el petirrojo europeo (6) en enero y el gorrión común (10) en febrero. El elevado número de mosquiteros comunes en noviembre tiene que ver también con su pico de paso postnupcial.
Gráfico 2. Fenología de las especies presentes en el río Najerilla a su paso por Nájera, en invierno
Si observamos el diagrama fenológico anterior, el grueso de la comunidad de aves del río Najerilla en el tramo urbano de Nájera está constituido por especies residentes (27, 71,3 %). El porcentaje es aún mayor si a estas les sumamos otras 4 con ejemplares residentes a los que se añaden otros invernantes. Sólo 6 especies las podemos considerar estrictamente invernantes, aunque en el gráfico se han tenido en cuenta las otras 4 (10, 26,3 %). Estas especies invernantes son de procedencia europea (cormorán grande, milano real, mosquitero común, zorzal común, petirrojo europeo, pinzón vulgar y jilguero lúgano) aunque hay algunas que corresponden a especies serranas (acentor común) que realizan movimientos altitudinales en invierno porque el alimento escasea en la Sierra. El origen del rascón europeo, interesante por otra parte, es complicado de conocer y la presencia de 1 ejemplar de ánade friso la podemos considerar anecdótica. A esta comunidad hay que sumar una especie estival (1, 2,6 %), la cigüeña blanca, cuyos primeros ejemplares los empezamos a ver a mediados de diciembre.
En un estudio anterior, realizado en el parque natural de Nájera (3), la comunidad invernal ascendió a 44 especies, con un porcentaje de invernantes del 34,1 % (15 especies). Unos valores superiores, en ambos casos, al presente estudio. Esta zona, aguas arriba del tramo urbano, cuenta con una mayor heterogeneidad espacial y un mayor porcentaje de bosque de ribera y de zona arbolada. Estos datos nos están indicando que el escaso porcentaje de especies invernantes o el elevado de especies residentes en el tramo urbano de Nájera, tiene que ver con una menor capacidad de acogida de esta zona del río, relacionada, a su vez, con una menor disponibilidad de hábitat adecuado. Otro factor a tener en cuenta podría ser la menor tranquilidad para algunas especies por el mayor trasiego de personas en la ciudad. El caso del mirlo acuático, presente aguas arriba de Nájera y ausente en el tramo urbano, podría explicarse por la menor disponibilidad de macroinvertebrados acuáticos, ligada a las frecuentes alteraciones de la dinámica fluvial y de la vegetación en el tramo urbano.
Gráfico 3
En cuanto al hábitat (gráfico anterior, 3), la mayor parte de especies que hemos observado a lo largo del invierno son forestales (11, 28,9%) como el gavilán común, el herrerillo común, el carbonero común o el petirrojo europeo, entre otras. El arbolado urbano, el crecimiento de ejemplares jóvenes de chopos y sauces y el bosque de ribera aguas arriba y abajo del tramo urbano posibilitan su presencia. En invierno es muy frecuente la formación de bandos como estrategia de mayor eficiencia en la búsqueda de alimento y de protección frente a los depredadores. Los bandos pueden ser de la misma especie como el caso del jilguero lúgano (ocasional), o formados por individuos de distintas especies, sobre todo de páridos.
Otra gran parte de las aves son urbanas (9, 23,7%). La más abundante es la paloma bravía en su variedad doméstica, aunque también aparecen la tórtola turca, el gorrión común o la cigüeña blanca. Son especies que se han adaptado bien a las ciudades, aprovechando las oportunidades que estas les brindan como lugares para anidar y protegerse, la casi ausencia de depredadores y alimento (muchas son especies comensales). Son las más abundantes y fáciles de observar.
Ejemplar joven de gallineta común en la orilla de la barra longitudinal del río Najerilla en Nájera
También encontramos especies palustres y especies propias de humedales (6, un 15,8% en ambos casos). Entre ambas suponen el 31,6 % del total y sería entonces el grupo más numeroso y el de mayor peso en la comunidad. Son sin duda las más interesantes, ya que nos proporcionan información sobre la calidad de los hábitats asociados al río Najerilla. La presencia de la gallineta común o el rascón europeo está muy asociada a la recuperación de la vegetación palustre, debido a la formación de las barras de sedimentos en el centro del río. El cetia ruiseñor o el acentor común encuentran un lugar de refugio y alimentación en la maleza de las orillas y sobre todo de la barra longitudinal. A estas se les suman otras, forestales o de matorral que aprovechan esta vegetación en invierno como el chochín paleártico, el mosquitero común, la curruca capirotada, el mirlo común o el zorzal común. La vegetación riparia resulta, por tanto, fundamental para el mantenimiento prácticamente de la mitad de las especies que conforman la comunidad invernal de aves del Najerilla en este tramo urbano. De las aguas abiertas dependen el ánade azulón y las lavanderas blanca y cascadeña. También las especies piscívoras como el martín pescador, el cormorán grande o la garza real.
Pareja de ánades azulones en el río Najerilla
Los cortados rocosos aportan 3 especies (7,9 %). Son en avión roquero, ausente en los meses más fríos, en diciembre y enero, el cuervo grande y el buitre leonado. Hay que decir que estas últimas especies las vemos en invierno de paso hacia el vertedero.
Finalmente, existen una serie de especies ubicuas (3, 7,9 %), granívoras u omnívoras, capaces de adaptarse a diversos medios y que contribuyen a enriquecer la comunidad ornítica. Algunas de ellas son, el jilguero europeo, el estornino negro y el serín verdecillo.
La presencia del vertedero y un gran dormidero de milano real aguas abajo del tramo urbano de Nájera explica la presencia de esta especie, carroñera y catalogada como “en peligro de extinción”, a lo largo del invierno.
Si comparamos el número de especies (gráfico 4) y el índice de biodiversidad (gráfico 5) por meses entre el tramo urbano de Nájera (presente estudio, 2022) y el del parque natural (realizado en 2019), observamos que casi todos los valores son mayores en el segundo (ver gráficos 4 y 5). También el número total de especies: 38 frente a 44. Ya hablamos de la importancia de la heterogeneidad espacial y de la conservación del hábitat para el mantenimiento y el incremento de la capacidad de acogida del medio al principio de la valoración, lo que corroboran estos datos.
Gráfico 4
Gráfico 5
Sorprende el elevado número de especies de las que se puede disfrutar dando un paseo por el río Najerilla a su paso por Nájera durante los meses invernales. Esto añade un atractivo más al río y a la ciudad del que deberíamos sentirnos orgullosos. Entristecen, por este motivo, los trabajos de desbroce de la vegetación, auspiciados por el Ayuntamiento de Nájera, con el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Ebro y de la Dirección General de Medio Natural, que eliminan el hábitat que más especies acoge durante el invierno.
Aspecto de la barra longitudinal del río Najerilla entre puentes después de los trabajos de desbroce de la vegetación de ribera. Una controvertida actuación que afecta al grupo de aves más numeroso en este tramo del río y que no debería de haberse llevado a cabo
Esperamos que estas líneas ayuden al disfrute del río Najerilla y de reflexión a la hora de plantearse ciertas actuaciones futuras.
Cetia ruiseñor, una de las aves ligadas a la vegetación palustre del río Najerilla y de la que podemos disfrutar a los largo de los meses invernales en el río Najerilla en Nájera
Los censos y el trabajo previo lo han realizado los alumnos de CTMA de 2º de Bachillerato del IES Villegas Soraya Casal, Alexia Pereda, Elena Garnica y Erik Cambero durante el curso 2021/22, con la ayuda de su profesor Jesús Serradilla. Lo publicado es una versión corregida del mismo.