viernes, 23 de noviembre de 2018

Riesgo de inundaciones en Nájera (I)


Un riesgo es un fenómeno que, debido a su severidad, frecuencia e intensidad puede causar heridas, enfermedades o la muerte de personas, así como daños materiales. Las inundaciones son el riesgo geológico externo más frecuente en el interior de las áreas continentales que afecta a las llanuras de inundación o aluviales de los ríos en su curso medio y bajo. Aunque siempre ha habido inundaciones, ya que se producen como consecuencia de la dinámica natural de los ríos, el riesgo como tal se ha incrementado mucho en los últimos años. La ocupación masiva de las llanuras de inundación por cultivos, infraestructuras, mobiliario urbano y viviendas ha aumentado la exposición de bienes y personas a las crecidas. La ubicación de Nájera en la llanura aluvial del río Najerilla hace que, en la localidad, el riesgo de inundaciones sea alto
Si nos fijamos en el mapa geológico 1:50.000 del IGME, gran parte del casco urbano de Nájera se asienta en la llanura de inundación (en gris) del río Najerilla (en azul oscuro). Esta iría desde los cortados (zona naranja a la izquierda) hasta la carretera de Baños (franja naranja a la derecha). Aguas abajo va desde los cortados hasta el talud del camino de Uruñuela.

Además de la localización, otro factor que influye en el riesgo es el caudal que aporta el río Najerilla relacionado con su régimen pluvionival. Las inundaciones tienen lugar en otoño/invierno asociadas a años con intensas y continuadas lluvias y en primavera, cuando coinciden copiosas nevadas en la Sierra con posteriores lluvias y un aumento de las temperaturas que provocan un brusco deshielo de la nieve. La última crecida del río tuvo lugar el 18 de marzo de 2018, aunque no fue muy importante: https://www.larioja.com/comarcas/najera/crecida-najerilla-desbordarse-20180312003718-ntvo.html


Para prevenir los daños provocados por las inundaciones se llevan a cabo una serie de medidas, tanto de tipo estructural como no estructural. Vamos a referirnos a tres de ellas por sus consecuencias geológicas:
a. La construcción de embalses.
Es una medida estructural para prevenir inundaciones ya que permite laminar las avenidas. Paradójicamente la del embalse de Mansilla, construido entre los años 1935 y 1959 (año en el que concluyó el llenado de la presa), propició la ocupación de la llanura de inundación del Najerilla al reducir aquellas. La siguientes fotografías son muy ilustrativas del proceso.


Imagen de Google maps 2018

En la primera fotografía (anterior a la construcción de la presa) se aprecia una dinámica fluvial muy intensa. Se ve cómo en entonces el río describía numerosos y amplios meandros, formaba meandros abandonados y daba lugar a una gran cantidad de barras fluviales (en tonos claros) en la llanura de inundación. En cambio, en la imagen del Google maps, los meandros del río han perdido sinuosidad y apenas forman barras fluviales. Ha aumentado la superficie dedicada a choperas y cultivos y han proliferado las construcciones (piscinas municipales, aparcamientos, centro de salud, chalets...) en su llanura de inundación.

imagenes vuelo 1945-1945.png
Detalle de la fotografía del año 45-46

b. Canalización del río Najerilla.
Las canalizaciones de los ríos en sus tramos urbanos han sido una de las actuaciones estrella de las Confederaciones Hidrográficas para prevenir los daños de las inundaciones. Son actuaciones muy drásticas que transforman casi o totalmente el cauce de un río en un canal. Consisten en la construcción de una escollera a ambos lados del cauce y más o menos alejada de este para que cuando ocurra la avenida el agua no desborde la misma. En el caso de Nájera se empezó a construir en el año ??. La de la margen izquierda es de bloques de roca y la de la margen derecha de tierra. A partir del talud la zona se ajardinó con césped y se plantaron unos cuantas especies de árboles exóticos.
Además de que nos podemos cuestionar la eficacia de esta canalización en la prevención de daños, esta infraestructura tiene otra serie de consecuencias sobre las que merece la pena reflexionar:
1) Pérdida de la dinámica fluvial cuando se construyen muy cerca del cauce, como es el caso. La energía cinética del río se disipa en la erosión lateral del cauce que da lugar a los meandros. Sin embargo, al estar constreñido por la escollera no lo hace y aumenta la erosión de fondo con lo que el río se encaja en su propia llanura de inundación. Consecuentemente el nivel freático del acuífero aluvial baja lo que puede afectar a la cimentación de algunos edificios.

Aspecto de la escollera de la margen izquierda del Najerilla

2) Aumento del riesgo hidrológico y daños por inundaciones.
Si volvemos al mapa geológico, un sencillo cálculo para pasar de escala de mapa a escala real nos permite deducir que la llanura de inundación tendría entre 600 y 750 m de anchura, aguas arriba y aguas abajo de Nájera, respectivamente. El visor del instituto geográfico nacional http://www.ign.es/iberpix2/visor/ , tiene una aplicación que nos permite medir longitudes. Los resultados son muy evidentes:



La longitud del puente de piedra es de 92 m y la anchura del canal por el que actualmente discurre el Najerilla es de ¡¡¡ 40 m !!!. A un mismo volumen de agua, cuanto más estrecho es el canal más altura va a alcanzar la crecida con el consiguiente riesgo de desbordamiento. Si el el agua salta la escollera tendrá una barrera para volver al cauce cuando baje el pico de la crecida por lo que las áreas edificadas o cultivadas quedarán inundadas durante más tiempo.
A esta escasa capacidad de desagüe del río se une el hecho de que se han cegado 4 ojos del puente lo que ha limitado el volumen de agua que puede pasar por debajo. Esto obliga o sirve como justificación para cortar los árboles de las orillas con la excusa de que pueden taponar los ojos libres durante las crecidas.
De todas formas, las fotos antiguas valen más que mil palabras.



Ojos cegados en la margen izquierda del río Najerilla

3) Eliminación  de la vegetación de ribera, lo que supone la pérdida de la biodiversidad del río y de su funcionalidad como corredor biológico. Al eliminar la vegetación también se pierde la estabilidad que ésta proporciona a las orillas.
4) Las escolleras suponen un gran impacto paisajístico. Por un lado porque le dan al río la forma de un canal, es decir con márgenes rectilíneos y no sinuosos. Es un paisaje muy vanal y que no aporta ninguna personalidad a la ciudad. La eliminación del bosque de ribera y de su fauna asociada supone la pérdida de los atributos estéticos que favorecen el disfrute del río: los colores cambiantes a lo largo de las estaciones, la gama cromática otoñal, los cantos y colores de las aves en primavera, la sensación de tranquilidad y frescura que transmite…

La alternativa para compatibilizar la prevención de los daños causados por las avenidas con el mantenimiento de la dinámica fluvial, la conservación de la biodiversidad y los valores paisajísticos es retrasar o alejar lo máximo posible la escollera del cauce.
El Ayuntamiento de Nájera quiere arreglar los daños que han provocado las últimas crecidas en la escollera de tierra de la margen derecha del río (ver: https://www.larioja.com/comarcas/najera/aportara-ayudas-recuperar-20181218001510-ntvo.html#ns_campaign=mod-lo-mas&ns_mchannel=ver-top-50&ns_source=estandar&ns_linkname=estandar&ns_fee=3). Si se van a acometer obras, es el momento de plantearse su alejamiento del cauce del río y despejar los ojos del puente.